Boulevard Nuevo Vallarta 4 – Int. 2, Plaza San Carlos
2da entrada a Nuevo Nayarit
La amabilidad y el profesionalismo del Chef y Propietario Jesús Vázquez nos adentran a una noche que supera, por mucho, las más altas expectativas.
La experiencia de ingresar a Loma 42, con un intenso aroma a leña y el horno encendido, es una antesala de la velada que nos espera. Un grupo de meseros atentos; parecen más, asesores del buen comer. El color madera y el rojizo del horno empiezan a calar hondo en nuestros sentidos.
Para acompañar la lectura del menú y la carta de vinos (muy amplia, no menor) nos ofrecen un par de bebidas de Mixología de Autor, una de ellas basada en jarabe de albahaca, jugo de piña y whiskey; la otra, aprovechando el uso del Aperol, aperitivo de sabor rústico, acompañado por frutos rojos. Gratos y muy atinados.
En la entrada tuvimos la opción de probar los Camarones Cucaracha (empanizados, fritos, muy frescos) y una ensalada donde destacan los frutos de un huerto propio acompañados de crema y quesos duros, que forman el sustento de una torre de frescas verduras.
Hay que señalar que los emplatados hacen gala de la más destacada originalidad y rinden homenaje a aquella máxima en cocina: los platillos, se empiezan a comer primero con los ojos.
¿Y qué tal un pulpo asado con jocoque de rancho? Se presenta acompañado de suaves dips y salsas que van desde los verdes más intensos de los chiles tatemados hasta los suaves anaranjados del habanero con un rebote del verde suave de la salsa de pepino.
Y para cerrar con broche de oro, una orden de Tacos Pork Bell de tocino y hierbas finas.
La despedida fue la cereza de la velada: un helado de aguacate con una bola que llevaba una teja de merengue como sombrero, invitándonos a despedir juntos una cena inolvidable.
Definitivamente Bahía de Banderas sigue destacando por su afán de ofrecer una excelente gastronomía con la mejor atención: Loma 42 levanta la mano para encabezar este esfuerzo.