El avance científico de la clonación humana solo alcanza 10% de éxito; eso habla del problema ético de transportar este tipo de tecnologías a personas.
Durante la conferencia “Discusiones éticas en torno a la clonación de seres humanos”, en la Cátedra Extraordinaria de Bioética de la UNAM, se indicó que, de 2018 a la fecha, se ha avanzado en el tema de 2 a 10 por ciento.
La clonación con primates no se ha podido consolidar porque el método que resultó con la clonación de la oveja Dolly en 1996 e incluso en algunas mascotas, no se ha afianzado.
En 2018 ocurre un hecho distintivo; renace el tema luego de que la actriz Barbra Streisand gastara una fortuna para convencer a un laboratorio científico en Estados Unidos de que le clonaran a su perro. Lo logró y se avivó el debate.
La clonación de humanos tiene diferentes implicaciones éticas. La primera sería los problemas de salud debido a que, al momento actual, los experimentos tienen una baja tasa favorable.
Además, durante el desarrollo embrionario no se prevé cuál será el resultado, por lo que habría embriones que no desarrollarían correctamente; esto podría arrojar malformaciones y malas interpretaciones. ¿Qué derechos tendría un humano clonado? ¿Cómo los consideraríamos a nivel de la estructura social?
Existen dos aspectos positivos que son: la medicina regenerativa y la denominada desextinción (revivir una especie).
En cuanto a la primera, plantea que en lugar de un ser humano completo se usarían esas células clonadas con nuestra propia información para producir órganos, y luego realizar una cirugía de reemplazo, por lo que ya no se requerirían donadores. Aunque aquí la discusión es si serían esfuerzos privados o una política de Estado. UNAM