Inicio » La adicción alimentaria

La adicción alimentaria

La adicción a la comida no está contemplada como trastorno. No existen criterios diagnósticos específicos para esta conducta, más allá de los que existen para la adicción en general. Ni la Asociación Americana de Psiquiatría ni la Organización Mundial de la Salud la consideran un trastorno.

Una adicción puede estar enfocada a sustancias -como el alcohol- o a conductas, como el juego. La adicción a la comida se ha establecido en función de similitudes con la adicción a sustancias. Por ejemplo, la pérdida de control o la necesidad imperiosa de ingerir comida es una pulsión que se activa con los alimentos altamente palatables (los alimentos que nos gustan). Así se definen aquellos que nos gustan mucho más que otros, como los que incluyen altos niveles de sodio o grasas saturadas. A nivel cerebral, podrían actuar de forma similar a las drogas de abuso.

No obstante, el concepto de adicción a la comida plantea una serie de dificultades. Una de ellas reside en que nutrirse es algo fisiológico, por lo que establecer qué es adecuado y qué no, puede resultar complejo.

Por otro lado, no es posible que la meta de tratamiento sea eliminar el consumo ya que necesitamos comer para sobrevivir. Además, la adicción a la comida se confunde con otros problemas como la obesidad, el trastorno por atracón o la bulimia. Clínicamente, separar estos trastornos resulta complicado.

Si consideramos que una persona puede desarrollar adicción a la comida, parece lógico pensar que sea posible diagnosticarla. Entonces, ¿cómo se puede diagnosticar? La principal herramienta para ello es una prueba psicométrica desarrollada hace algunos años por la Universidad de Yale.

Algunas de las características de la adicción en general parecen estar presentes en el caso de la ingesta de alimentos. Por ejemplo, hay personas con sobrepeso que son incapaces de ejercer control sobre la cantidad de comida que toman, incluso aunque sepan que ello les ha causado problemas de salud graves. Es algo muy similar a lo que les sucede a los adictos a las drogas.

Muchas investigaciones sobre adicción a la comida se han llevado a cabo en modelos con ratones. En estos trabajos, la disponibilidad de los sujetos de estudio a un tipo de comida u otro está bastante limitado. Es algo que no ocurre en la vida real: en las sociedades prósperas, los seres humanos pueden acceder en cualquier momento a cualquier tipo de comida.

En segundo lugar, la superposición de la adicción a la comida con otros trastornos hace que sea muy difícil aislarla como algo independiente.

Por último, no existe acuerdo en determinar si el problema es un alimento concreto o el propio hecho de comer. Lo cual entorpece aún más la conceptualización como trastorno. Más de una vez se ha dicho que somos adictos al azúcar. En este sentido, se puede considerar como un subtipo de adicción a la comida que consistiría en el consumo excesivo de comidas ultraprocesadas con alto contenido en azúcar.  

Aunque parece obvio que algo pasa con la comida, el concepto de adicción aplicado a la ingesta aún tiene muchos claroscuros que deben ser aclarados mediante investigación. Hoy, es un término ambiguo, al menos a nivel clínico.

You may also like