Para la Organización de Naciones Unidas, el 5 de junio es la fecha más importante de la agenda ambiental. Se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente.
Sin duda, este es un día emblemático que ha funcionado para promover la conciencia y la acción mundial por el medio ambiente.
Esta conmemoración surgió durante la cumbre de la Tierra, también denominada La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo Suecia, en junio de 1972.
En la cumbre participaron líderes mundiales; allí se conformó el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Asimismo, se acordó la importancia de conservar la biodiversidad y los recursos naturales que nos proveen de tantos servicios ambientales y sobre los que tenemos una responsabilidad: heredarlos a las futuras generaciones.
El PNUMA, con sede en Nairobi Kenya, es el responsable de coordinar, a nivel internacional, las acciones de protección del ambiente y de promocionar el desarrollo sostenible.
Este día se ha convertido, por cinco décadas, en la principal plataforma global para la divulgación pública ambiental y es celebrado por millones de personas, en todo el mundo.
En 2022, después de 50 años, y bajo la consigna de “Una sola Tierra”, Suecia vuelve a ser el país anfitrión. El lema invita a vivir en armonía con la naturaleza y de forma sustentable.
Es evidente que debemos realizar cambios radicales impulsados por políticas públicas y elecciones cotidianas.
Una vez más, es momento de reflexionar: ¿qué hacemos en nuestra vida cotidiana para disminuir nuestra huella de carbono y realmente vivir en armonía con la naturaleza?
La tarea es difícil pues ya estamos acostumbrados a comprar, usar y tirar artículos, sin considerar lo que implica la extracción y transformación de las materias primas con las que son fabricados. Además, después de ser utilizados efímeramente, nos deshacemos de ellos.
Los residuos sólidos (o sea, “la basura”) que generamos diariamente, los consideramos propios mientras están en nuestra casa. En cuanto los sacamos, ya no solo no son nuestros, son de la colonia, comunidad o ciudad en la que vivimos, por lo que hacer un manejo adecuado es primordial.
Debemos separar los residuos sujetos a reciclaje de los desechos sanitarios y orgánicos; jamás debemos enviar residuos electrónicos, que potencialmente pueden contaminar el suelo y el agua. Además, debemos sacar los residuos en los horarios de recolección que estén estipulados por el municipio.
En un sinnúmero de ocasiones, me han comentado que no ven el punto de separar ya que, al pasar el camión recolector, “todo lo junta”. Tristemente es así. La recolección debería ser diferenciada.
Sin embargo, también es nuestra responsabilidad, ya que nosotros generamos esos residuos. Si separamos, todas aquellas personas que viven de recolectar residuos sujetos a reciclar, podrían aprovecharlos y así evitaríamos que abran las bolsas y dispersen la basura.
Algo muy importante a considerar: prediquemos con el ejemplo; si nosotros lo hacemos de forma habitual, estamos invitando a todos los que nos rodean, a hacer lo mismo.
También podemos contribuir con el medio ambiente evitando el despilfarro del recurso natural del cual dependemos totalmente: EL AGUA. Reflexionemos sobre cómo utilizamos este vital líquido y si pudiéramos mejorar su uso. En este tópico, si no cuidamos el recurso, vamos a vivir la experiencia de la escasez permanente.
En resumen, en este mes del Día Mundial del Medio Ambiente, analicemos si es necesario modificar algunas conductas para aportar, desde lo individual hacia lo colectivo, en conservar sano nuestro entorno.
By Ocean. Isabel Cárdenas Oteiza
IG y FB @VALLARTAWHALES