La exposición excesiva a un volumen alto en los audífonos puede provocar problemas en la capacidad auditiva y también, ansiedad y estrés.
Además, provocará problemas de manera irreversible y puede contribuir a la aparición de afecciones cardiacas y alteraciones en el sueño.
Los ruidos que sobrepasan los 85 decibeles pueden provocar daños auditivos graduales e irreparables, que podrían significar la pérdida total de la audición.
La intensidad del sonido en los audífonos puede alcanzar hasta los 100 decibeles, lo cual es excesivo, afirma la Organización Mundial de la Salud.
Según recomendación de la misma OMS, la exposición diaria al sonido o ruido no debería superar los 65 decibeles (más o menos, un restaurante lleno).
Lo que se recomienda es utilizar audífonos con un volumen moderado y en un máximo de 30 minutos al día. Un daño a nivel del nervio auditivo por causa del ruido no tiene cura.
La exposición excesiva al ruido, también contribuye a sufrir afecciones cardíacas, dificultades en el aprendizaje, alteraciones en el sueño o incluso, depresión. Tú decides.